
Vivimos a una velocidad de vértigo. Suena el despertador, nos levantamos, tomamos el café con nuestra bollería, nos lavamos la cara, los dientes y nos vamos a trabajar. Durante nuestra jornada laboral no nos paramos a pensar cuándo ni qué comer. Llegamos a casa, cenamos algo rápido y a dormir otra vez. Así es nuestra cultura.
No nos damos cuenta de la importancia que tienen ciertas variables en nuestra existencia, tanto para la prevención de enfermedades como para nuestra calidad de vida. Y, en el presente artículo, vamos a hablar sobre una de ellas: la nutrición. En concreto, acerca de la conciencia que debemos tomar en relación con el consumo de frutas y de verduras.
Frutas y verduras: parte fundamental de una dieta saludable y en la mejora del bienestar psicológico
Gracias a gran cantidad de investigaciones, sabemos que frutas y verduras son una parte fundamental dentro de una dieta saludable, debido a la aportación de nutrientes tales como vitaminas, minerales y fibra alimentaria. Un adecuado consumo de estos alimentos reduce la probabilidad de padecer enfermedades tales como obesidad, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, entre otras.
Del mismo modo, la OMS refiere que existe una asociación entre un bajo consumo de frutas y verduras y un mayor riesgo de padecer enfermedades no transmisibles. En 2017, alrededor de 3,9 millones de personas fallecieron debido a un consumo inadecuado de las mismas. Pero lo más sorprendente es que la ingesta de frutas y verduras no afecta únicamente a la salud física de las personas, sino también a la salud psíquica, reduciendo la probabilidad de padecer enfermedades mentales y, a su vez, aumentando el bienestar psicológico y emocional.
Un aumento de frutas y verduras implica más bienestar psicológico
El Departamento de Psicología de la Universidad de Otago, mediante el estudio de diferentes investigadores, descubrieron que un cambio en la dieta con el aumento de consumo de dichos alimentos ayuda a la mejora del bienestar psicológico en tan solo dos semanas.
Para dicho estudio, se seleccionaron 171 estudiantes de entre 18 y 25 años, debido a que en este rango de edad suele situarse el menor consumo de frutas y verduras. Dichos sujetos se dividieron en tres grupos distintos:
- Grupo 1: siguieron su dieta habitual.
- Grupo 2: tomaron dos raciones extra de frutas y verduras a diario.
- Grupo 3: se les suministraron vales para la obtención de fruta de manera gratuita y se les envió un mensaje de texto recordándoles que debían aumentar su consumo.
Una vez concluido el análisis y la evaluación de los sujetos, se evidenció que aquel grupo que había consumido raciones extra de fruta y verdura había experimentado mejoras en cuanto al bienestar psicológico. Y aparecieron efectos positivos, como un aumento de la vitalidad, de la motivación y una mejora del estado de ánimo, disminuyendo la sintomatología depresiva y ansiosa que presentaban en un inicio. Los restantes grupos obtuvieron unos resultados iguales a los iniciales.
Frutas y verduras sin modificar, claves en la salud mental
Así mismo, en un estudio realizado en la misma universidad, Kate Brookie, autora principal del mismo y estudiante de doctorado de Psicología, se dio cuenta mediante la encuesta de más de 400 adultos jóvenes de Nueva Zelanda y Estados Unidos, de entre 18 y 25 años de lo siguiente:
“Nuestra investigación ha destacado que el consumo de frutas y verduras en su estado ‘sin modificar’ está más fuertemente asociado con una mejor salud mental que en el caso de frutas y verduras envasadas o procesadas”, dice Kate Brookie.
Tanto Brookie como el Dr. Conner refieren que la variable “modo de preparación y consumo” tiene un efecto directo sobre los niveles sintomáticos de enfermedades mentales, como la depresión, además de mejorar el bienestar psicológico, incluyendo el estado de ánimo positivo, la satisfacción con la vida y la prosperidad. Refieren que los diez alimentos crudos que se relacionan en mayor medida con una mejora de la salud mental son: zanahorias, manzanas, plátanos, naranjas, kiwis, pepinos, verduras de hojas verdes, frutas cítricas, bayas frescas y lechugas.
Dicho estudio se puso en marcha ya que Kate Brookie y su equipo se dieron cuenta de que las campañas relacionadas con dieta y salud remarcaban siempre la importancia en la cantidad de frutas y verduras consumidas a diario, y se olvidaban de otras variables como, en este caso, el modo en el que se preparaban y consumían.
No debemos olvidar que las variables comentadas a lo largo de este artículo (cantidad y modo de preparación y consumo), deben ir acompañadas de la modificación, siempre que sea necesaria, de otras prácticas saludables, tales como el ejercicio físico, el descanso y exposición a la luz solar, que tantos beneficios aporta, entre otras. De este modo, aumentaremos más la probabilidad de sentir el bienestar psicológico y emocional que tanto buscamos. Porque, ¿qué hay mejor que sentirme bien conmigo mismo y, además, ser consciente de cómo lo he logrado? Esta sensación de autoeficacia nos aporta un gran autocontrol, lo que genera paz y calma en nuestro día a día.
Alex Didoni, psicólogo.